PREGUNTA:
¿Por qué Ali permaneció en silencio durante más de 20 años si sus derechos fueron realmente usurpados?
RESPUESTA:
En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso.
Oh Alá bendice a Muhammad y a su Familia, acelere su reaparición y maldiga a sus enemigos.
Es un error muy difundido que el Comandante de los Creyentes, Ali hijo de Abi-Talib (la paz sea con él), permaneció en silencio después de que sus derechos fueron usurpados. No permaneció en silencio, sino que ejerció la paciencia, como confirman varios relatos históricos.
Muchas narraciones informan que el Imán Ali (la paz sea con él) trató de recuperar sus derechos desde los mismos momentos después del martirio del Santo Profeta (la paz sea con él y su familia). Esto fue a través de la reunión de partidarios para eliminar el régimen de Abu Bakr y Omar, dando discursos públicos denunciando el nuevo gobierno tiránico y la traición de la nación musulmana a la Familia del Profeta (la paz sea con ellos) y participando en enfrentamientos directos con los individuos corruptos que dirigen el régimen tiránico y sus subordinados.
Por ejemplo, se narra en el libro del renombrado Tabi’ee, Sulaym, hijo de Qais al-Hilali, en una larga narración que en el Día del Saqifa (cuando el poder fue usurpado por el grupo de hipócritas):
Cuando se acercó la noche, Ali (la paz sea con él) llevó a Fátima (la paz sea con ella) en un burro y tomó las manos de sus dos hijos Hassan y Hussain (la paz sea con ellos). Y no dejó a nadie del pueblo de Badr, ni a nadie del Muhajireen y del Ansar, sin que fuera a sus casas y les mencionó su derecho sobre ellos y los llamó para que lo apoyaran. Nadie le respondió excepto cuarenta y cuatro hombres. Así que les ordenó que se reunieran con él a la mañana siguiente con las cabezas rapadas y con sus armas para que pudieran jurarle lealtad hasta la muerte. Cuando se llegó la mañana, ninguno de ellos permaneció leal excepto cuatro.
Así que yo (Sulaym) le dije a Salman: “¿Quiénes eran los cuatro?”
Dijo: “Yo, Abu Dharr, Miqdad y Zubayr hijo de Awwam.” Entonces Ali (la paz sea con él) se presentó ante ellos la noche siguiente y los llamó, y ellos dijeron: “Nos reuniremos con vosotros mañana por la mañana”, pero nadie vino excepto nosotros. Luego se presentó ante ellos la tercera noche, y nadie vino excepto nosotros.
Al-Hilali, Sulaym son of Qais (1430 H). Kitab Sulaym son of Qais al-Hilali. Qom: Dalilema, p. 143-163
También se ha informado de que el Imán Ali (que la paz sea con él) se enfrentó directamente a Abu Bakr y Omar en una reunión en una ocasión. Esto fue reportado por uno de nuestros eruditos, Sayed Mohammad Riza al-Kamali al-Esterabadi (erudito del siglo XIV) en su libro As-Sawarim-ul-Hasima fi Tareekh-iz-Zahra’i Fatima, en el que narra otro de los libros Kashf-ul-La’ali’ compilado por otro de nuestros eruditos, el Sheikh Saleh de Abdul-Wahhab, hijo de Arandas (erudito del siglo IX):
¡Oh, gente traidora y obscena! ¡Oh esperma sucia y asquerosa! ¡Oh, animales que recorren su propio camino como desean! ¡Te paraste sobre tus piernas y te desviaste de tu Líder (Profeta)! ¡Con eso, pretendías hipocresía! ¡Y os encanta observar la ignorancia y causar desunión!
Al-Esfahani, Mohammad Hassan al-Mirjahani (1388 H). Mustadrak Nahjul-Balagha. Tehran: (publisher unclear in print), vol. 1, p. 285
Por lo tanto, demostramos que el Imán (la paz sea con él) no se quedó callado ante la injusticia que enfrentó. Examinemos ahora por qué no hizo una revolución militar para eliminar los nuevos regímenes tiránicos y recuperar su derecho.
La razón principal de esto puede derivarse de los numerosos informes históricos sobre la materia. El Imán Ali (la paz sea con él) fue en efecto anunciado por el Profeta (la paz sea con él y su familia) de la injusticia a la cual se enfrentaría después de la muerte del Profeta. Además, el Profeta le ordenó que tuviera paciencia y que no se rebelara contra sus enemigos a menos que pudiera reunir a un cierto número de individuos para apoyarlo.
Sin duda, el Imán (que la paz sea con él) habría sido capaz de derrotar a sus enemigos por sí mismo. Sin embargo, estaba sujeto a las órdenes dadas por Dios y su Mensajero (la paz sea con él y su familia) y al juramento que hizo (¿hay mejor manera de explicar esto? Se refiere a la parte del juramento). Esta es la razón principal por la que el Imán no le quitó sus derechos por la fuerza.
Por ejemplo, se cuenta que al Imán Jafar al-Sadiq (la paz sea con él) se le preguntó por qué el Imán Ali (la paz sea con él) no luchó contra los tres tiranos que gobernaron antes que él, sobre los cuales dijo:
Porque no se le permitió luchar contra ellos cuando no tenía a nadie con él, salvo a tres individuos creyentes
Al-Qummi, Mohammad hijo de Ali hijo de Hussain hijo de Babawayh (2006 AD). Ilal al-Shara’e’. Beirut: Dar Al-Mortada, vol. 1, p. 149
Umm Salama (la paz sea con ella), la esposa del Profeta, narra que una vez el Profeta (la paz sea con él y su familia) estaba informando al Imán Ali (la paz sea con él) de los eventos que tendrán lugar después de su muerte, sobre los cuales el Imán Ali dijo:
Que mi padre y mi madre sean sacrificados por ti, oh Mensajero de Dios. Cuando tal o cual suceda, ¿qué me ordenas que haga?
El Profeta respondió entonces:
Te ordeno que tengas paciencia
Y repitió la misma palabra tres veces.
Al-Tabarsi, Ahmad hijo de Ali (1380 H). Al-Ihtijaj. Qom: Intisharat ash-Shareef al-Razi, vol. 1, p. 257-258
En el libro de Sulaym, hijo de Qais al-Hilali, en una larga narración, se dice que después de la Batalla de Jamal, el Imam Ali (la paz sea con él) fue informado de lo siguiente por un individuo llamado Ash’ath, hijo de Qais, mientras estaba en Kufa:
¿Qué te impidió, hijo de Abi-Talib, luchar y golpear con tu espada cuando el hermano de Taim, hijo de Murra (Abu Bakr) y el hermano de los Hijos de Adi, hijo de Ka’b (Omar) se les jurara lealtad, y el hermano de los Hijos de Umayya (Uthmán) también después de ellos?
No nos has pronunciado un discurso desde que llegaste de Irak, excepto que dijiste antes de bajar del púlpito: “Por Dios, tengo más autoridad sobre el pueblo, y sigo oprimido desde que Dios se llevó a Muhammad Entonces, ¿qué te impidió golpear con tu espada mientras estabas oprimido?
A lo que él respondió:
Oh hijo de Qais, escucha la respuesta: No me lo impidió la cobardía, ni la desilusión de encontrarme con mi Señor (martirio), ni el no saber que lo que Dios tiene para mí es mejor que este mundo y que lo que habita en él.
Sin embargo, lo que me impidió hacerlo fue el mandamiento del Mensajero de Dios (que las bendiciones de Dios sean para él y su Familia) y su pacto conmigo
La narración continúa hasta que el Imán dice:
Y así, cuando el Mensajero de Dios (que las bendiciones de Dios sean sobre él y su familia) falleció, la gente se inclinó hacia Abu Bakr y le juraron lealtad, mientras yo estaba ocupado lavando y enterrando al Mensajero de Dios (que las bendiciones de Dios sean sobre él y su familia
Luego estuve ocupado con (la compilación) del Corán. Y me prometí a mí mismo que no usaría mi túnica – excepto para rezar – hasta que compilara el Libro, y así lo hice.
Entonces llevé a Fátima, y sostuve las manos de mis dos hijos Hassan y Hussain, y no dejé a una persona del Pueblo de Badr y de los que precedieron en la aceptación del Islam, de entre los Muhajireen y los Ansar, excepto que los llamé por Dios por mi derecho y los llamé para que me apoyaran.
Ninguno me respondió de todo el pueblo excepto cuatro individuos: Salman, Abu Dharr, Miqdad y Zubayr. Y no tenía a nadie de mi casa en quien pudiera confiar o que pudiera fortalecerme. .
En cuanto a Hamza, fue asesinado el día de Uhud. En cuanto a Jafar, fue asesinado el Día de Mu’ta, y yo quedé entre dos hombres maleducados, groseros, despreciables, miserables e incompetentes: Abbas y Aqeel, y ellos no hace mucho eran incrédulos. Y así ellos (los enemigos) me constriñeron y me oprimieron.
La narración va más allá hasta que el Imán dice:
Oh hijo de Qais, por Aquel que separó las semillas y creó a los seres humanos, si esos cuarenta que me juraron lealtad permanecieran leales a mí y vinieran a mí a la mañana siguiente con las cabezas afeitadas antes de que me viera obligado a jurar lealtad a Ateeq (Abu Bakr), entonces me habría levantado contra él y lo habría procesado ante Dios (Glorioso y Exaltado es Él)
Al-Hilali, Sulaym hijo de Qais (1430 H). Kitab Sulaym hijo de Qais al-Hilali. Qom: Dalilema, p. 213-220
La Oficina del Sheikh al-Habib